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El terrible accidente registrado sobre Av. Paraguay durante la madrugada del domingo dejó a las claras que a pesar de las tantas tragedias ocurridas en esa Avenida, donde prima el alcohol que lleva a cometer actos como exceso de velocidad o pasar un semáforo en rojo, nada se aprendió y hoy tres jóvenes perdieron sus vidas en un instante, mientras otros tres la siguen peleando hospitalizados. 

Si volvemos años atrás, año 2017 sobre esa misma Avenida, y pocos metros de esta nueva tragedia, recordamos la muerte de Diego Castro, quien estaba trabajando en las puertas de un negocio sobre la colectora de Avenida Paraguay y fue embestido por  María Belén Méndez, quien conducía en estado de ebriedad. 

Este caso fue emblemático por la lucha de la familia Castro para conseguir la máxima condena para Méndez a la que en 2019 la justicia la sentenció a tres años de prisión de ejecución condicional por homicidio culposo en accidente de tránsito calificado por conducir con exceso de velocidad, con inhabilitación para manejar vehículos durante diez años.

Sin dudas la condena fue insuficiente, apelada por la familia y criticada por gran parte de la sociedad.Otra de las muertes que nos dolió como sociedad fue la de la oficial Fátima Cardozo de 33 años, quien se encontraba prestando servicios en la colectora de Avenida Paraguay, en un dispositivo vial  cuando un conductor ebrio fue detenido e imprevistamente arrancó llevándose puesta a la joven oficial, que finalmente falleció y sus órganos fueron donados en un gesto que conmovió aún más a la sociedad. 

En cuanto al conductor, tras embestir a Fátima intentó huir pero fue detenido y se constató con 1,38 grados de alcohol en sangre. 

Pero el caso que aún no terminamos de olvidar como sociedad, por las secuelas que dejó de por vida a una familia salteña es el de Erica y Edgar, una pareja de trabajadores que se retiraba con su carro sandwichero de un boliche bailable de la zona y fueron embestidos por un conductor ebrio que dejó a los dos en estado crítico y si bien ambos sobrevivieron quedaron con secuelas gravísimas. 

Edgar perdió sus dos piernas mientras que Erica hasta hace algunos días permanecía con tratamientos y postrada en una cama. 

El test de alcoholemia del conductor, de apellido Albornoz arrojó 1,79 gramos de alcohol en la sangre. En este caso los tres ocupantes del rodado fueron detenidos, además se les encontró en el auto 190 kilos de marihuana.